Ya a primera vista queda claro que conducir el BMW Z4 es una experiencia única. Dos llamativas líneas de diseño se prolongan por el capó, subrayando el frontal plano y ancho del roadster.
Los dominantes faros dobles con tecnología de xenón ofrecen un atractivo interés visual, como hace la inconfundible zaga. El interior es elegante hasta en el más mínimo detalle, e insinúa el funcionamiento intuitivo y la comodidad en estado puro. Con numerosas opciones de almacenamiento y amplio espacio para equipaje, el BMW Z4 te permite enfrentarte con facilidad a todos los desafíos de la vida cotidiana. Gracias al techo duro retráctil, los 365 días del año.
Diseño exterior
Elegancia, sugestiva y perfecta. El diseño del BMW Z4 cautiva a quien lo ve con cada detalle y cada línea. Combina la más elevada estética con una poderosa deportividad. Y una cosa permanece por encima de todas las demás: la expresión del placer de conducir en estado puro.
Un roadster diseñado como solo BMW puede hacerlo: las proporciones clásicas del capó alargado y los voladizos cortos se ven complementados por los asientos bajos próximos al eje trasero para brindar al conductor una sensación perfecta en la carretera. La forma moderna, un juego de líneas llamativas y suaves encuentros, capta plenamente el carácter de este coche, desde su característica parrilla delantera hasta los poderosos pasos de rueda traseros. Pero es la forma en que este roadster negocia sin esfuerzo rectas y curvas lo que lo diferencia realmente de los demás.
Diseño interior
El BMW Z4 es la reencarnación del roadster clásico. El diseño interior es por sí solo prueba suficiente: formas, materiales y mandos deslumbran con su elegancia y funcionalidad, y transforman el viaje en una experiencia inspiradora y dinámica.
Un ajuste perfecto que deja mucho espacio para la exploración. Como un traje de buen corte, el BMW Z4 está expertamente adaptado para satisfacer las necesidades del conductor. Desde la consola central asimétrica hasta los instrumentos colocados en la posición perfecta y los mandos redondos que evocan los del legendario BMW Z8, un viaje en el interior de este vehículo supone un redescubrimiento de la elegancia a cada momento. Incluso con el techo cerrado, se mantiene la abrumadora sensación de libertad y el vínculo entre el conductor, el vehículo y la carretera es tan cercano como siempre.